sábado, 1 de octubre de 2011

NO∞DO: LEMA FONÉTICAMENTE SEVILLANO


Sevilla porta en su escudo un lema en Andaluz, o por lo menos,  el criptograma en Andaluz de lo que sería la expresión en Castellano NO ME HA DEJADO. Este logogrifo está compuesto por las sílabas NO y DO, y entre ellas una madeja, de modo que el resultado es NO∞DO, cuya lectura correspondería a la expresión fonética sevillana NOMADEJADO.
Explico esto, ya que de este modo se resume la extensa y profunda cultura de nuestra fonética, sobre todo para los nuevos baladíes culturales del  uso del Castellano, que siempre, y en defensa de una supuesta identidad patriótica, utilizan a nuestro lenguaje y nuestras expresiones a modo de mofa, sin entender que los INCULTOS son ellos. Es una lástima que esto señores no nos entiendan, cómo ha dicho el señorito de turno Arturo Mas, ( apellido de supermercado sevillano), pues se pierde el entendimiento de los más grandes autores de la lengua Castellana. Por cierto, recordarle que CataluÑa no tiene ningún premio Nobel de literatura, Andalucía tiene dos.
Pues bien, volviendo al tema principal, que es el lema de nuestra ciudad, este tiene un origen que no solo se queda en dicho criptograma, sino que también en los títulos de Sevilla, ya que es además de Noble, Invicta y Mariana, es también Muy Leal, y debido a la historia que os resumo.
El Rey Don Alfonso X El Sabio, pasó a la historia como un gran conocedor de las ciencias matemáticas, en astronomía y leyes. Además fue el autor de obras como el Código de las Siete Partidas, Las Tablas Alfonsíes, el Libro del Saber de Astronomía, el Lapidario o libro de las Piedras Preciosas, y las Cantigas e Loores a Nuestra Señora.
Pero la pluma no supo del arte de gobernar el reino, ni la economía, ni de la administración pública, y al modo ZP, los gastos fueron superiores a los ingresos del erario, cundiendo el descontento y formándose dos bandos. Ante el temor de que estos bandos acabasen con la dinastía, su propio hijo Don Sancho, y de acuerdo con esposa del propio rey, Doña Violante, se alzó en armas para restablecer la autoridad Real y la ley.
El príncipe Don Sancho fue reconocido por cada ciudad como legítimo rey, despojando a su padre de la corona. Don Sancho, a pesar de poseer un poderoso ejército, evitó a toda costa entrar en combate contra su padre, limitándose a atraer a sus partidarios, abandonando estos a Don Alfonso.
Alfonso X, se refugió en Sevilla, la cual no fue atacada por Don Sancho, dejando que sirviera de morada a su enfermo padre, el cual, sufría de graves dolores por un glaucoma, y el cual duraría poco con vida. No obstante, y aunque los principales caballeros de la ciudad reconocieron a Don Sancho, los altos magnates de la Villa y altos eclesiásticos, y sobre todo, el Ayuntamiento de la Ciudad de Sevilla, formado por los jurados de las distintas clases sociales, se  manifestaron fieles al anciano Rey, dispuestos a defenderlo y servirle en todo lo necesario.
Por este motivo, Don Alfonso X, en los últimos días de su vida, testimonió gratitud a la lealtad de Sevilla, concediéndole al Ayuntamiento que en su escudo pusiera el lema NO∞DO, resumido en unos versos de una copla que dice:
               
                ¡Ay! Del poeta
                Que con un verso
                Dijo su adiós
                Sevilla NOMADEJADO
                Sevilla no me dejó.

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