jueves, 7 de abril de 2011

Al César, lo que es del César...

Queridos lectores y no tan amados detractores, a poco que se lean mis entradas, podréis obsevar una crítica, no exenta de acidez, cuando me refiero a los políticos en general, y a  nuestros gobernantes en particular, por eso nombro a Torrijos y no a Monteseirín. La crítica es buena en cualquier ámbito, ya sea en grado negativo, que lo es normalmente, como en positivo, que son las menos. Mis seguidores, saben de antemano mi "simpatía" por el actual Presidente del Gobierno y su política, pero hoy tengo que aclarar una cosa, algo con lo que tal vez por primera vez pueda estar de acuerdo con su actuación, sin que sirva de precedente.
La democracia significa que el poder se sustenta en el pueblo, dueño de la soberanía nacional, y es por ello que votamos en las urnas a los que queremos que nos representen. La diferencia está en que votamos unas listas, la mayoría cerradas por el propio partido, y esto limita la libertad de elección del pueblo. Por otro lado, está claro que no se puede presentar cualquiera a unas elecciones, y es por ello que hay que cerrar dichas listas. Esto nos lleva a una encrucijada, ¿listas abiertas o cerradas?. La respuesta menos mala, como casi siempre la encontramos en el país más criticado por aquellos que sin embargo quieren adoptar sus estructuras, que es Estados Unidos. Allí, son los militantes de uno y otro partido los que votan en unas reñidísimas elecciones primarias a sus representantes, y por eso, por primera vez como dije antes, y sin que sirva de precedentes, estoy de acuerdo con ZP, hay que realizar elecciones primarias, pero deberían ser en todos los partidos políticos. El problema está en saber si España y su sociedad está preparada para ello, ya que en EE.UU., cuando cierran las primarias, todos están con el candidato a muerte, y aquí, todavía no se ha terminado la legislatura, cuando ya están peleando por la sucesión. de todas formas, a ver si en la oposición toman nota.

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